Un nuevo plesiosaurio gigante habita el Museo de Ciencias Naturales

A partir del 19 de diciembre se exhibirán en el Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia dos esqueletos de un nuevo reptil marino prehistórico.


Este ejemplar de plesiosaurio encontrado inesperadamente a orillas del Lago Argentino por un grupo de vecinos de El Calafate, constituye uno de los esqueletos mejor conocidos y el más completo para Argentina. Su hallazgo, amplía la diversidad de los reptiles acuáticos que poblaron los mares australes poco antes de la extinción masiva ocurrida hace 65 millones de años, y que acabó también con los dinosaurios.
Estos reptiles de gran tamaño habitaron los mares de todo el mundo y estaban adaptados a la vida acuática, tal como lo indican sus extremidades convertidas en aletas largas y angostas. Tenían cuellos muy alargados rematados en una pequeña cabeza armada de dientes afilados, con los que seguramente capturaban peces. Su cuerpo era corto y rechoncho, y poseía una cola que utilizaban como timón.

Enterados del descubrimiento, a fines de 2009, un equipo de especialistas liderado por el Dr. Fernando Novas, investigador del Conicet, viajó a la provincia de Santa Cruz para ver por sus propios ojos el hallazgo. A partir de allí, los paleontólogos tuvieron un gran trabajo porque el plesiosaurio se encontraba a varios centímetros por debajo de la superficie del lago, y tuvieron que construir una gran empalizada alrededor del fósil para desagotar el agua que cubría al esqueleto.
Así, se prepararon 9 bloques de roca que contenían los huesos, que fueron trasladados hasta Buenos Aires, donde los técnicos demoraron 9 años en preparar los fósiles. Los trabajos de preparación, reconstrucción y montaje permitieron determinar que este nuevo plesiosaurio tenía unos 8 metros de longitud y más de 4 metros de envergadura entre sus aletas delanteras.
Durante la extracción, se encontraron entremezclados con el esqueleto numerosos dientes de tiburones extinguidos, incluyendo varias especies totalmente desconocidas para la ciencia. Se interpreta que el cadáver del plesiosaurio fue carroñado por los tiburones.
Actualmente, el equipo del Laboratorio de Anatomía Comparada y Evolución de los Vertebrados, dirigido por Fernando Novas continúa investigando el tema.